jueves, mayo 17, 2007

Fantasias

"If I speak Ill, please, humor me,
Won't rant on endlessly,
Just thought I'd try to make you see."


"Acá está bien" dijo. "No me dejes salir", pensó, mientras abría la puerta del auto, "pedime que me vaya con vos a cualquier lado". Inmediatamente su cabeza creó la imagen perfecta para esa situación. Una película romantica o algún drama, tal vez una comedia, habían sido su inspiración. No, él no miraba novelas, las aborrecía. Le gustaba, una vez cada tanto, una linda película, pero jamás una novela. Es como un trabajo, pensaba, una vez que te acostumbrás a esa rutina, tenés que sostenerlo todos los días habiles, siempre en los mismos horarios, o perdés el presentismo.
Nada que se pareciera un trabajo podía entretenerlo. Por eso, bromeaba Facundo Cabral con una persona imaginaria descripta de una forma muy semejante a su actitud, aborrecía el comunismo, lo despreciaba. Porque, "¿Cómo me puede gustar algo que lleva una bandera llena de herramientas?".
Solía divagar y hacer chistes en momentos en que estaba pensando o contando algo importante, arruinando el momento que, para él, estaba cargado de alguna dulzura, o tal vez una minima tensión romantica. Tal vez solo existente en su cabeza.
"Acá está bien", repitió, "Muchas gracias, amor". Se preguntó por un momento si ella entendía cual era el significado que él le daba a esa palabra cuando se lo decía, mirandola a los ojos. Ella pensó en lo dulce que había sonado eso. "De nada, amor", le contestó. Él pensó que para ella no significaba lo mismo. "A cuidarse ahora, eh? Ojo con como manejás", le dijo, "no sea cosa que te lleves puesto a alguien". Ella frunció el ceño, demostrandole su descontento con la broma. Completamente desubicado, había arruinado, otra vez, un lindo momento.
Le dio un beso y se volvió a despedir, mientras se bajaba del auto, mirando por el retrovisor de ella que su colectivo ya venía.
"Tenés suerte, ahí viene", remarcó ella. A él le pareció que lo estaba echando. Inmediatamente despues de que se dio vuelta, ella le tomó le apretó la mano y tiró fuerte, tan fuerte que lo volvió a sentar sobre el asiento, cayendo sobre ella, mientras ella lo acariciaba en la mejilla y le daba el beso más dulce que le hayan dado jamás en sus labios.
Lástima que ahora la puerta ya estaba cerrada y él lo bastante lejos del auto como para que eso fuera a pasar.
Hizo señas al colectivo cuando estaba a dos pasos de la parada, y se dio cuenta que ella seguía ahí, como cuidando que se vaya a su casa. "¿Qué hace?", se preguntó, más curioso que otra cosa. Y, mientras lo pensaba todavía, ella salió repentinamente del auto, y corrió a sus brazos. Lo abrazó con toda la fuerza del mundo, y lo besó de forma apenas perceptible en el cuello, pero él se estremeció en sus brazos, mientras ella se ocupaba en susurrarle sus verdaderos sentimientos al oido.
"Arriba", incurrió el colectivero con voz firme, mientras él seguía mirandola, sentada tras el volante, observandolo a travez del parabrisas, sonriente, con sus divinos ojos azules fijados en él. "Dale nene, ¿subís o no?", insistió el chofer.
Pareció como si lo hubieran despertado de un sueño, tan de golpe, la miró, posó su mano sobre su boca y le tiró el beso más lindo que pudo encontrar. La sonrisa de ella se hizo más evidente, mientras empezaba a acelerar y sobrepasar al colectivo, que hacía lo mismo. Pagó su boleto mientras pedía disculpas al conductor. "No podés culpar a un bobo enamorado, ¿No?". Por alguna razón, el colectivero pareció conmovido por lo que acababa de decir, y le dedico un "No te preocupes nene, ya pasó", que sonó demasiado sincero. Por suerte venía algo vacío, lo que le daba posibilidades de que alguno de los asientos del fondo esté desocupado. Se sentó pesadamente mientras se ponía los auriculares con algún tema suave para aclarar su cabeza, y se acurrucó contra la ventanilla, poniendo todo el peso de su cuerpo sobre la estructura lateral, más que sobre el asiento.
Cerró los ojos por un momento y su teléfono empezó a sonar, susurrandole las palabras que quería escuchar, y haciendo que su corazón de un vuelco.
Cambió el tema que estaba escuchando por otro del mismo estilo, y se perdió mirando el paisaje urbano que se sucedía a travez de la ventanilla
"Menos mal que no soy un tipo fantasioso", pensó.

"Everything fades away, come turning of the tide.
For your love I'm sorry.
For your pain, don't worry."

martes, mayo 01, 2007

Bullets

"This is love.

When someone drags you from the wreckage when you have given in,

ready to just lie there and die.

This is love.

When someone, no matter what the cost, shows you there is hope,

a choice, that you can put down your gun."




New York was buried under a layer of snow. The sky, ready to fall off, was giving the news to the entire city. "Stay home,", it said, "away from the streets. Something wicked this way comes."

Every step felt like a whole new reason to turn back. Get away. Blow town. That would have been smart. I'm not that smart. I work by instinct.

The gun, fully loaded, trembled under my jacket, impatiently, as if it knew the long wait was coming to an end.

The snow kept slowing me down. No matter, I had all the time in the world.

Irony hit me like a point-blank range shot straight to the face, when I thought the same snow that was slowing me down was the same that was covering my tracks. I laughed at that fact. I laughed again when sirens started to sound somewhere behind me, too far away to be on my pursuit.

They were looking for someone. For me. A living cliché, dressing black, walking the streets of New York, armed like a single soldier going to war against a small country. I guess I was a living cliché... Luckily for me, they were too. They started looking at the wrong place. Or maybe, it was just a little late to look for me over where they were. They would only find dead bodies. The biggest mobster body count ever, charged to Max Payne. A mass-murderer. A psycho. A pacifier. A vigilante. A cliché.

James Bond would have done this swiftly. Bogart, maybe, would have done a little mess, but it would all clean up by itself.

As I neared the building, I felt myself cold. Cold on the inside. My heart was cold. My mind was cold. All this time they acted separated, each one for its own reasons. Passion, rage, fear, sadness, woe. Now they knew what was coming. Revenge.

A fortress of concrete and steel was just in front of me. A fortress filled with trained henchmen. Military training. Military weaponry. Military equipment.

They could have been hundreds. I was only one. Just me and my gun.

Something blew off in my head and I didn't think about the odds again. Call it rage, call it stupidity. I call it denial.

One gun would do the trick. Only one gun. I was good at improvising.

I've been doing it since three years ago, back at the night where it all started. I did it good. I just got there too little too late.

Maybe it was fate.

Maybe it was just a mistake to take the long detour around the shore that afternoon.

The sirens had faded away into the night. Some other emergency, someplace else.

That would keep them distracted. It was time for the show to start.

Bullets would soon make the air at the Aesir building a little too thick.



"This is love. Love hurts."





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Escribí esto bajo el efecto del sueño y el aburrimiento. Realmente no creo que esté bien redactado, pero hice lo que pude. Está basado en el juego Max Payne. Aquellos que lo hayan jugado van a encontrar frases y escenas por todos lados. Mezclé cosas de ambos Max Payne, para hacerlo un poco más diverso y menos cerrado. Tal vez algún día con un poco más de creatividad, lo oscurezca un poco y haga alguna continuación. Lo más probable es que quede acá tirado en este rincón, como todo lo que escribo. Thanks for reading.



"I had been here before, ground zero."





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