"If I speak Ill, please, humor me,
Won't rant on endlessly,
Just thought I'd try to make you see."
"Acá está bien" dijo. "No me dejes salir", pensó, mientras abría la puerta del auto, "pedime que me vaya con vos a cualquier lado". Inmediatamente su cabeza creó la imagen perfecta para esa situación. Una película romantica o algún drama, tal vez una comedia, habían sido su inspiración. No, él no miraba novelas, las aborrecía. Le gustaba, una vez cada tanto, una linda película, pero jamás una novela. Es como un trabajo, pensaba, una vez que te acostumbrás a esa rutina, tenés que sostenerlo todos los días habiles, siempre en los mismos horarios, o perdés el presentismo.
Nada que se pareciera un trabajo podía entretenerlo. Por eso, bromeaba Facundo Cabral con una persona imaginaria descripta de una forma muy semejante a su actitud, aborrecía el comunismo, lo despreciaba. Porque, "¿Cómo me puede gustar algo que lleva una bandera llena de herramientas?".
Solía divagar y hacer chistes en momentos en que estaba pensando o contando algo importante, arruinando el momento que, para él, estaba cargado de alguna dulzura, o tal vez una minima tensión romantica. Tal vez solo existente en su cabeza.
"Acá está bien", repitió, "Muchas gracias, amor". Se preguntó por un momento si ella entendía cual era el significado que él le daba a esa palabra cuando se lo decía, mirandola a los ojos. Ella pensó en lo dulce que había sonado eso. "De nada, amor", le contestó. Él pensó que para ella no significaba lo mismo. "A cuidarse ahora, eh? Ojo con como manejás", le dijo, "no sea cosa que te lleves puesto a alguien". Ella frunció el ceño, demostrandole su descontento con la broma. Completamente desubicado, había arruinado, otra vez, un lindo momento.
Le dio un beso y se volvió a despedir, mientras se bajaba del auto, mirando por el retrovisor de ella que su colectivo ya venía.
"Tenés suerte, ahí viene", remarcó ella. A él le pareció que lo estaba echando. Inmediatamente despues de que se dio vuelta, ella le tomó le apretó la mano y tiró fuerte, tan fuerte que lo volvió a sentar sobre el asiento, cayendo sobre ella, mientras ella lo acariciaba en la mejilla y le daba el beso más dulce que le hayan dado jamás en sus labios.
Lástima que ahora la puerta ya estaba cerrada y él lo bastante lejos del auto como para que eso fuera a pasar.
Hizo señas al colectivo cuando estaba a dos pasos de la parada, y se dio cuenta que ella seguía ahí, como cuidando que se vaya a su casa. "¿Qué hace?", se preguntó, más curioso que otra cosa. Y, mientras lo pensaba todavía, ella salió repentinamente del auto, y corrió a sus brazos. Lo abrazó con toda la fuerza del mundo, y lo besó de forma apenas perceptible en el cuello, pero él se estremeció en sus brazos, mientras ella se ocupaba en susurrarle sus verdaderos sentimientos al oido.
"Arriba", incurrió el colectivero con voz firme, mientras él seguía mirandola, sentada tras el volante, observandolo a travez del parabrisas, sonriente, con sus divinos ojos azules fijados en él. "Dale nene, ¿subís o no?", insistió el chofer.
Pareció como si lo hubieran despertado de un sueño, tan de golpe, la miró, posó su mano sobre su boca y le tiró el beso más lindo que pudo encontrar. La sonrisa de ella se hizo más evidente, mientras empezaba a acelerar y sobrepasar al colectivo, que hacía lo mismo. Pagó su boleto mientras pedía disculpas al conductor. "No podés culpar a un bobo enamorado, ¿No?". Por alguna razón, el colectivero pareció conmovido por lo que acababa de decir, y le dedico un "No te preocupes nene, ya pasó", que sonó demasiado sincero. Por suerte venía algo vacío, lo que le daba posibilidades de que alguno de los asientos del fondo esté desocupado. Se sentó pesadamente mientras se ponía los auriculares con algún tema suave para aclarar su cabeza, y se acurrucó contra la ventanilla, poniendo todo el peso de su cuerpo sobre la estructura lateral, más que sobre el asiento.
Cerró los ojos por un momento y su teléfono empezó a sonar, susurrandole las palabras que quería escuchar, y haciendo que su corazón de un vuelco.
Cambió el tema que estaba escuchando por otro del mismo estilo, y se perdió mirando el paisaje urbano que se sucedía a travez de la ventanilla
"Menos mal que no soy un tipo fantasioso", pensó.
"Everything fades away, come turning of the tide.
For your love I'm sorry.
For your pain, don't worry."